Las estructuras son resultado de la manifestación y como complejos psíquicos funcionan de manera conectada formando un todo. Al volver a la fuente de los pensamientos eso provoca que los pensamientos desaparezcan y sólo permanezca el sí mismo. Darse cuenta de que la conciencia es el trasfondo de toda actividad mental y percepción sensorial, provoca el impulso a ser consciente de la propia naturaleza, con ello surge la quietud de la conciencia esencial. Muchas veces se menciona la quietud interna, es bueno dejar presente que no hay ningún dentro ni fuera para el sí mismo. Hablar de dentro o de afuera es el ego proyectándose, ya que el sí mismo es puro y absoluto, sin localización.
La realidad, al manifestarse, parece estructurarse de la siguiente manera: la conciencia se centralizó como el "pensamiento yo soy" o eseidad y se manifestó convirtiéndose en el aparente creador y manipulador de su entorno, permitiendo moverse con un dominio mayor, lo que impulsó a creer que es un ente separado del Ser. El sí mismo está aquí, sin embargo se trata de volver al sí mismo en conciencia, y los deseos y dudas desaparecerán. El sí mismo es el observador de los estados de la mente como el sueño profundo, el sueño con sueños y la vigilia, así como de los procesos del cuerpo y las emociones, por tanto es la observación misma de toda estructura.
Escribir comentario